Ignacio Kaiser, socio fundador de The Mentor Up, entrevista a Xavier Casares, inversor, mentor y presidente de la asociación española de mentoring.
En esta entrevista Xavier nos transmite una idea muy clara y sencilla de lo que es el mentoring y del valor que aporta el mentor a la empresa. Desde su privilegiada posición de presidente de AMCES y su dilatada experiencia como mentor, su visión aporta claridad a un concepto que todavía genera una cierta confusión: ¿qué es un mentor? ¿qué diferencia hay con un coach? ¿y con un consultor?
IK: Xavier, si a alguien le tenemos que preguntar lo que es el mentoring es a ti, y si alguien nos puede responder con claridad y conocimiento profundo eres tú, así que, por favor Xavier, dinos qué es el mentoring tal y como tú lo entiendes, lo vives y lo practicas.
XC: El mentoring es una actividad que ha existido toda la vida de la humanidad, lo que sucede es que no se le ha llamado así. Un mentor es una persona de tu confianza que tiene experiencia y te da consejos respecto a decisiones que has de tomar, sin un interés específico más que en el propio mentorizado y el proyecto que éste tiene. Luego podemos entrar en el mentoring profesional y las especialidades del mentoring, pero el mentoring básicamente es eso.
IK: Definición muy sencilla, muy clara y sobre todo muy práctica. En ella has dejado muy claro cuáles son los beneficios que tiene para el mentorizado, pero ¿qué beneficios tiene esta actividad para el mentor?
XC: Pues en el plano de la experiencia puede tener muchos y muy diversos. En Estados Unidos a esos beneficios le llaman mentoring reverso. Por ejemplo, la mayoría de mentores hemos nacido en el mundo analógico y nuestros mentorizados han nacido en un mundo digital. En esa situación el mentor también está adquiriendo destrezas en el entorno digital que no ha podido adquirir antes. Otro ejemplo es que a los jóvenes que mentorizamos suelen ser más disruptivos que nosotros mismos, tienen ideas más descabelladas. Los mentores hemos interiorizado la prudencia con la edad y a veces hay que volver a aprender a ser más arriesgado. Al final siempre hay beneficios en los dos lados. Para que una actividad de mentoring tenga éxito o sea duradera o sostenible, las dos partes tienen que obtener beneficios, que no tienen por qué ser sólo económicos.
IK: En una situación también muy habitual, en la que el mentorizado no tiene especiales habilidades digitales, sino que se trata de un empresario o directivo, ¿qué beneficios puede tener esa actividad para el mentor?
XC: En cuanto a la contraprestación por el ejercicio de la mentoría hay que distinguir dos tipos, la mentoría altruista y la mentoría por contraprestación económica. La gente que hace mentoría altruista obtiene con ello el placer de haber ayudado a otros. Hay muchos empresarios o directivos que tienen su vida resuelta a los que les gusta ayudar a jóvenes a hacer crecer su negocio. Éste es un beneficio de realización personal. El beneficio económico o contraprestación dineraria por un servicio como mentor, que es hacia donde yo creo que evolucionará el mentoring en el futuro, lo convierten en una actividad profesional. Como actividad profesional hay dos formas de contraprestación. Por una parte está la de participaciones en el capital de las startups o empresas que mentorizas en base a la consecución de una serie de hitos. Este modelo está muy desarrollado en Estados Unidos, donde hay muchos mentores que ayudan a emprendedores a cambio de un 3%, 4% o 5% del capital de las empresas si se cumplen una serie de hitos. La otra forma de contraptrestación es la mentoría por honorarios. La mentoría a cambio de acciones en base a la consecución de resultados normalmente se da en el campo del emprendimiento. La mentoría por honorarios normalmente se ejerce en el campo de la empresa grande o mediana consolidada. Es muy habitual la mentoría por honorarios a los miembros de los consejos de administración, o a los de las cúpulas directivas de una compañía.
IK: Has mencionado corporaciones en el sentido de gran empresa, y en España lo que más abunda son pequeñas y medianas empresas, que creo necesitan mucha ayuda por todas partes. Con menos recursos, pero evidentemente muy necesitada de ese soporte, de esa ayuda, de esas destrezas “prestadas” por un experto.
XC: Sí, efectivamente. La gran empresa ya tiene acceso a mentores que muchas veces están presentes en el consejo de administración como consejeros, se llaman consejeros profesionales, y yo creo que cada vez pasará menos porque últimamente eso se contrata por honorarios. La gran empresa es consciente de que necesita aire fresco en la toma de sus decisiones. Pero en la pyme es más necesario todavía que en la gran empresa. La pyme, y más si cabe las pymes familiares, que habitualmente están gestionadas con recursos directivos limitados, es donde más recorrido tendrá el mentoring empresarial en los próximos años. Los términos mentor y mentoring cada día se oyen más y para el propietario de una empresa familiar o una pyme tener a alguien con quien se siente una o dos tardes al mes para explicarle hacia dónde van sus proyectos, lo que quiere, lo que necesita, sus grandes dudas, etc. cada vez será más necesario. Yo creo que por ahí va a haber mucho recorrido para el Mentoring en los próximos años.
IK: Por favor, diferénciame mentoring, de coaching y de la consultoría, porque hay mucha confusión al respecto.
XC: El coach es un entrenador. En términos futbolísticos ya estamos bastante habituados a escucharlo. Un coach es un entrenador, es decir es alguien que te aplica la táctica, su objetivo es el corto plazo. Un consultor es alguien que mira el corto-medio plazo. Hay que tener en cuenta que hay diversas clases de consultoría; hay consultorías verticales y horizontales, hay consultoría de tecnologías de la información y consultoría de estrategia de negocio. En cambio, las luces del mentor son luces largas. El mentor ayuda a establecer dónde se quiere estar en 5 o 10 años, por ejemplo. El mentor tiene una visión más amplia, más integradora de todos los recursos que los coaches o que los consultores. Dicho esto, los tres perfiles son compatibles perfectamente.
IK: Si es cierto que el coaching y el mentoring son complementarios, no se solapan, no son enemigos entre sí, ¿por qué el coaching está mucho más desarrollado que el mentoring?
XC: Muy fácil. El coach es el que viene a resolverte el partido del domingo. Normalmente las empresas, salvo raras excepciones, van a lo que quema. Las empresas y sobre todo las pymes no hacen estrategia a cinco o diez años: “Vamos a ver este ejercicio cómo nos va”; o “Vamos a intentar vender este año este producto concreto”. Ahí es donde juega el coach, el corto plazo.
IK: Ya hablando un poco de la Asociación (AMCES), ¿cuál es su papel?
XC: AMCES es una asociación no lucrativa, altruista, fundada por un grupo de profesionales que ya veníamos haciendo Mentoring. Fundamos Amces para promover las buenas prácticas, la ortodoxia, un marco de juego claro entre el mentor y el mentorizado en nuestro país. En un momento dado nos dimos cuenta de que el mentoring estaba creciendo e iba a crecer más, porque el mentoring en España va a crecer mucho en los próximos años, y no había una entidad que estableciera referencias en el ejercicio de esta actividad. ¿Qué perseguimos en AMCES? Que los mentores tengan una ortodoxia en el ejercicio como mentores, que tengan unas referencias internacionales, que tengan un marco de beneficios claro para establecer, y cumplir, con el mentorizado. En resumen, nuestra finalidad en AMCES es promover la actividad de Mentoring y establecer un marco de buenas prácticas en el ejercicio. Vimos que no había una entidad con esos objetivos en España y que sería bueno que existiera para velar por los intereses del mentor y de los mentorizados.
IK: La última pregunta, ¿quién puede ser mentor?
XC: Cualquiera que tenga experiencia y una capacidad pedagógica puede ser mentor. Las habilidades básicas para ejercer el mentoring son tener conocimientos obviamente, en un sector o en varios o una visión global, pero que tenga experiencia, y saber transmitirla. Básicamente, la mentoría es transmitir experiencia, pero la capacidad pedagógica y de comunicación hacia la otra persona, el mentorizado, es esencial. Un mentor no es un maestro ni un instructor, ni el sargento de tu compañía. Es un amigo, es más que un amigo, es alguien que te da consejos, pero con la finalidad de cumplirlos conviniendo los objetivos. Por tanto, has de tener experiencia, pero también has de tener capacidad pedagógica, de comunicación, de convicción, de pacto, de negociación, empatía, etc. Estas son las habilidades esenciales para luego formarte como mentor en las técnicas que habitualmente éste utiliza en su actividad. Esto último se adquiere, pero si no tienes las habilidades que he mencionado antes, será muy difícil ser un buen mentor.
IK: Pues muchas gracias Xavier, ha sido toda una lección que te agradecemos desde estas líneas. Esperamos volver a mantener una charla contigo muy pronto para tratar otros temas relacionados con el mentoring.
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